¿Por qué hay ministerios en guerra?
- Redacción
- 4 dic 2017
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En principio nuestro Señor y Salvador nos dejó la gran comisión que es esta: “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. (Mateo 28:18-20).”
El ser humano por naturaleza esta dado a los errores, pues a base de ellos tiene la capacidad de aprender desarrollando así su experiencia. En 1517 el Monge Agustino Martín Lutero de origen alemán, dio inicio a la Reforma Protestante sin querer pues lo que buscaba era que la iglesia de entonces fuera reformada dado que los curas tenían practicas anti bíblicas y en el afán de construir una sede en nombre del Apóstol Pedro discípulo de Jesús quien recibió el llamado de parte del Señor. Es de esperarse que los curas desecharan todos los alegatos de Lutero es allí donde nace una nueva doctrina apegada a la palabra de Dios, con la garantía del Espíritu Santo de la promesa.
Con lo antes dicho, la humanidad ha pretendido entender de forma natural las sagradas escrituras y en consecuencia han provocado una enorme distorsión que a muchos a enfriado a otros ha decepcionado y un sin número de personas que han sacado provecho para sí mismos. La palabra de Dios es una colección de libros capaz de transformar las vidas y darles un nuevo norte, son 66 libros que nos enseñan, nos exhortan, nos inspiran, nos consuela, y nos abre los ojos espirituales para que podamos entender lo que sucede y lo que va a suceder. Leer la biblia requiere de disposición y de pedir a Jehová el Señor que nos de entendimiento para comprender correctamente lo que hemos leído, además no podemos entender un texto bíblico por sí solo, la biblia se respalda entre sí, es decir, para entender el nuevo testamento es necesario conocer el viejo testamento porque cada testamento se complementa entre ellos.
En estos tiempos es más frecuente que haya personas agnósticas y unas pocas que sean ateas, lo que pasa es que son pocas las congregaciones que tienen a sus pastores debidamente capacitados para ejercer el ministerio, o simplemente no tienen estudios escolares, sino que solamente saben leer y escribir, al ejercer el ministerio lo hacen sin preparación “método empírico”. Se basa en la experiencia más que en el conocimiento, “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.” Oseas 4;6. A raíz de este mal es donde nace la mayoría de los problemas donde los pastores y ministros se ven involucrados en el peor de los casos no logran dar soluciones inteligentes provocando que la congregación se enferme y/o se divida. Acabado eso no logran discernir y entender lo sucedido por falta de preparación. En la actualidad existe una nueva guerra, no es un enfrentamiento armado como en las pasadas guerras mundiales que murieron millones de personas, sino una guerra ministerial en busca de seguidores ¿por qué? –hay muchos que cuando se habla de diezmo y ofrenda todo ese fondo va para el pastor, y como hay algunos envidiosos que creyéndose ya los preparados se dividen de sus pastores y crean sus grupos ya no para predicar el evangelio sino para obtener sus beneficios. También están los que no les gusta algo que se predicó el cual les ofende y crean su propia religión “herejía” le quitan a la palabra de Dios viviendo en el libertinaje.
Es por eso que las iglesias protestantes se han multiplicado como la espuma, no es oponernos a que haya más congregaciones, Gloria a Dios por las nuevas. El problema radica en la preparación que el pastor delegado tenga o no, porque en sus decisiones refleja su preparación y su nivel de sometimiento a la presencia Divina del Señor. Solo bajo la unción del Espíritu Santo se puede estar en armonía con las otras congregaciones y con la comunidad. Cuando vino el Pentecostés al pasar los días dice la biblia que todos estaban en armonía y tenían todas las cosas en común.
Hay muchos que han querido llevar el yugo en sus fuerzas, y les ha sido tormentoso porque han dejado al maestro, pero cuando Jesús va en la barca todo está en paz. Su palabra dice: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. (Mateo 11:28-30).
Un caso más es que algunos pastores al no tener palabra y unción para ministrar para así satisfacer la necesidad espiritual de los creyentes, recurren a Shows de entretenimiento para que estos no se vayan, funciona al principio para atraer nuevas personas pero no siempre va a servir para mantenerlas, para que una congregación florezca debe tener la UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO fluyendo desde el altar. "El fuego sobre el altar no deberá apagarse nunca; siempre deberá estar encendido. Levítico 6:13 [NVI]"
-Detengamos la religiosidad, y dediquemos a hacer las cosas bien desde el principio esto no es jugar a la iglesia, es correr para que las almas se puedan salvar. Esto no es una competición es algo más valioso es luchar por la vida eterna en el Reino de Dios, La Nueva Jerusalén.
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